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ToggleLa importancia de tu salud intestinal
Tener una flora intestinal sana está relacionado con muchas de las funciones de nuestro cuerpo e incluso con nuestro estado de ánimo. Esto se debe a que el intestino contiene entre 100 y 200 millones de neuronas y miles de millones de bacterias en el tubo digestivo, que juntas conforman el sistema nervioso entérico.
Gracias a este sistema nervioso entérico, el intestino y el cerebro trabajan de manera conjunta afectando a nuestras emociones, niveles de estrés, ansiedad incluso depresión.
Un intestino saludable también mantiene nuestra mente aguda, los niveles de energía altos y un sistema inmunitario más fuerte. Es interesante saber que el 70% de nuestro sistema inmunitario reside en el intestino. Si tenemos una mala salud intestinal, podemos sufrir depresión, alteración de nuestros estados de ánimo, problemas inflamatorios, artritis, niveles bajos de energía, problemas de tiroides, hinchazón, aumento de peso, confusión mental o sensibilidad con a ciertos alimentos.
Un intestino saludable tiene un tejido intestinal fuerte que evita que entren sustancias extrañas en el cuerpo. También es el hogar de millones de microbiomas que ayudan a prevenir el sobre crecimiento de bacterias malas. En realidad, somos un 90% bacteria y un 10% humanos. Nuestro intestino no puede trabajar correctamente si la flora se desequilibra y las bacterias dañinas aumentan o si el tejido intestinal se inflama y se comprime.
La importancia de un intestino saludable
Tener un intestino saludable es importante para sentir bienestar, sin molestias gastrointestinales, pero también para mantener una correcta salud física y mental, evitando otros síntomas y enfermedades relacionadas con la microbiota intestinal o la flora.
Un intestino saludable es aquel con una gran variedad de bacterias, es decir la microbiota intestinal, beneficiosa para nuestro organismo. Esta microbiota es única para cada persona, y participa en diversas funciones:
• Refuerzan el sistema inmunitario.
• Ayudan a reducir la obesidad.
• Alivian la inflamación en enfermedades crónicas.
• Toma parte en la captación y almacenamiento de energía.
• Participa en funciones metabólicas.
• Mejora los síntomas de la depresión.
• Funciona como barrera ante patógenos que pueden afectar al sistema inmunitario.
La alimentación para un intestino saludable
La microbiota intestinal responde a muchos factores que afectan al metabolismo, como la dieta, la medicación o el estrés.
Os trasladamos 3 claves para un intestino saludable:
• Evita los elementos que puedan provocar inflamación intestinal.
• Cuida la flora intestinal.
• Regula la acidez del estómago.
Las bacterias que habitan en nuestros intestinos son únicas para cada individuo, casi a modo de huella dactilar, pues se ven influenciadas por su genética, la alimentación y el modo de vida.
Existen alimentos que favorecen el cuidado de la flora intestinal, a saber:
• Vegetales: alcachofas, lechuga, puerros, cebollas, ajo o espárragos, resultan beneficiosos para la microbiota.
• Fibra: las frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales que ayudan a la digestión y previenen el estreñimiento, a la vez que alimentan a las bacterias beneficiosas de nuestro intestino.
• Probióticos: como el yogur, que ayuda a desarrollar algunos microbios beneficiosos para el intestino, mejoran la salud gastrointestinal y previenen la inflamación. También son recomendables los prebióticos, que son sustancias no orgánicas que favorecen el desarrollo de los probióticos.
• Aceite de oliva virgen extra: este tipo de aceite, tiene que ser específicamente virgen extra, que contiene unos 30 tipos de polifenoles. Estos alimentan a las bacterias intestinales mediante sustancias que reducen la inflamación y favorecen el sistema inmunológico.
Asimismo, existen otros alimentos y productos que debemos evitar:
• Los antibióticos: cuyo uso excesivo provoca una modificación del microbioma ya que matan tanto las bacterias perjudiciales para nuestro organismo como las beneficiosas. Por ello, si debes tomarlos ante una enfermedad, los expertos aseguran compensar sus efectos mediante alimentos que protejan la microbiota intestinal.
• La comida basura: estos productos altamente procesados contienen ingredientes que pueden dañar las bacterias beneficiosas y favorecer a otras que causan inflamación, reduciendo la diversidad del microbioma hasta en un 40%.
La relación entre la flora intestinal y nuestra salud física y mental
La compleja red neuronal presente en los intestinos participa en las funciones asociadas a la nutrición, como la asimilación de alimentos y la protección ante elementos dañinos, y también en otras asociadas al sueño, la memoria y los estados de ánimo, con una influencia directa en la depresión o la agresividad.
Esto es así porque el 70% de las células inmunitarias de nuestro organismo se encuentran en el tracto digestivo, lo que explica por qué es tan importante la flora intestinal.
Si nuestra microbiota está sana, tendremos menos posibilidades de contraer enfermedades, sufrir alergias o padecer afecciones autoinmunes.
Existen numerosos estudios que relacionan los desequilibrios en la flora intestinal con enfermedades como la obesidad, las alergias o incluso las alteraciones psicológicas.
Se ha comprobado que una flora intestinal desequilibrada puede provocar:
• Malestar.
• Hinchazón, flatulencia, diarrea, estreñimiento y acidez.
• Digestiones pesadas.
• Intolerancias alimentarias.
• Cambios de peso no provocados.
• Trastornos del sueño.
• Fatiga sin motivo.
• Irritabilidad.
• Mal humor.
• Bajones emocionales.
Los intestinos y la hormona del bienestar
Una correcta salud intestinal influye en la salud general de nuestro organismo y también en nuestros estados de ánimo. Esto es porque en el intestino se produce y almacena hasta el 90% de la serotonina, también llamada “la hormona de la felicidad”.
Es importante hacer mención de los principales efectos que la serotonina tiene sobre el cuerpo humano:
• Participa en la digestión.
• Absorbe los nutrientes y facilita su entrega a los músculos.
• Controla los estados de ánimo.
• Regula la temperatura corporal.
• Influye en el deseo sexual.
• Reduce los niveles de agresividad.
• Regula el sueño.
Y recordar a su vez, que la carencia de serotonina puede provocar problemas intestinales, como el estreñimiento crónico, además de malestar emocional.
La serotonina se relaciona directamente con el triptófano, un aminoácido esencial para nuestro organismo, que facilita la liberación de esta hormona. Por el contrario, la falta de este aminoácido aumenta los niveles de ansiedad e insomnio, y es uno de los síntomas y consecuencia del estrés.